La memoria latente y la recreada
La memoria reivindicativa de un discurso distinto al oficial subsistió en la tradición oral durante generaciones y afloró avanzado el siglo XVII, cuando aparentemente no suponía un peligro para el poder.
La estructura social cambiaba y se identificaron espacios capaces de conmemorar o rememorar unos hechos del pasado. Algunos líderes agermanados encontraron presencia en el callejero, como Guillem Sorolla. De manera más explícita, la persistencia de esta memoria comunicativa se aprecia en el hecho de que los sublevados contra el régimen señorial en 1693 lo hicieron bajo el nombre de agermanados. Su destino fue similar al de los evocados.
En el siglo XIX el desarrollo de la Historia y la situación política en el marco del Estado liberal favorecieron el resurgir de la Germanía como momento histórico y, para algunos, como ideal político, lo que causó una inflación de creaciones artísticas, literarias y acciones sociales.
La “Revolución de 1840”, los levantamientos republicanos y las proclamas cantonalistas alicantinas aludieron a ella y coincidieron con estudios históricos y novelas sobre la misma. Liberales como Vicente Boix proyectaron los propios ideales de libertad y progreso, mientras conservadores como Danvila se ajustaron a la documentación conservada, pero exclusivamente oficial. Desde el espíritu de la Renaixença se reivindicó la importancia del fenómeno y su autonomía respecto a las Comunidades castellanas, se organizaron concursos de pintura con esta temática y diferentes ayuntamientos eligieron el nombre de Germanías para sus nuevas avenidas y paseos, como en València y Gandia. En el V centenario de un movimiento tan trascendental como la Germanía el papel que han tenido las instituciones deja abierto el camino hacia la reflexión.
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Historia y ficción
Amadeo Serra Desfilis
La pintura
Luis Arciniega García
El callejero
Amadeo Serra Desfilis
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Las efemérides
Desde que el proyecto de investigación dedicado al estudio de la imagen y el conflicto en el arte y la arquitectura del Renacimiento durante las Germanías se puso en marcha, en paralelo a otros de naturaleza histórica, en la Facultat de Geografia i Història de la Universitat de València, muchas fueron las esperanzas albergadas en las instituciones valencianas debido a la cercana conmemoración de su V centenario (1519-1522). Sin embargo, como poco después vislumbraba apesadumbrado el profesor Pablo Pérez, los gestores públicos de la Comunidad han hecho oídos sordos y en el lapso que discurre entre 2019 y 2022 ni siquiera ha habido una escueta mención a la efeméride en los actos oficiales y discursos de nuestras autoridades. Las Germanías de Valencia han pasado con más pena que gloria (por desgracia, también en los medios de comunicación local), no así otras celebraciones de distinto calado a nivel artístico, histórico y cultural, que han contado con las atenciones de nuestros representantes políticos.
Este vacío institucional, ciertamente incomprensible si se compara con el respaldo que han contado en otras latitudes las Comunidades castellanas, coetáneas a las Germanías, da que pensar y muestra de alguna manera las grietas que separan a nuestros cargos electos del espíritu crítico que representa, en este caso, la Universitat de València, la única universidad que se ha dedicado a investigar y divulgar lo que supuso aquel conflicto que derivó en abierta guerra civil. Porque el fenómeno agermanado tuvo lugar en algunos territorios de la Corona de Aragón, muy en particular en el reino de Valencia.
Dicho ‘olvido’ o dejadez, sin embargo, no fue siempre así y las Germanías han estado tradicionalmente bien presentes en la sociedad valenciana desde el mismo siglo XVI en que tuvieron lugar hasta nuestros días: motivo de crónicas cercanas en el tiempo, dando nombre a unas segundas que tuvieron lugar en el Seiscientos, estudiadas como hito histórico, fabuladas como sainetes, obras teatrales, novelas o poemarios, recreadas por artistas y hasta presentes en los callejeros de la ciudad de Valencia y otras poblaciones de su autonomía, proporcionando el nombre a plataformas cívicas y asociativas o, incluso, formando parte de las siglas de un sindicato estudiantil del Estudi General.
De hecho, dependiendo del momento en el que estas expresiones intelectuales y culturales vieron la luz, se puede rastrear también el ambiente político en el que nacieron y el enfoque que se les dio en cada momento. Las más de las ocasiones de forma negativa, pero en otras, en cambio, como sinónimas de libertad e igualdad social. Así será, en líneas generales, hasta el último tercio del siglo XX gracias a los estudios de distintos historiadores y sus discípulos potenciados desde las aulas universitarias españolas.
Como antes se ha señalado, la Universitat de València ha sido prácticamente la única institución que ha canalizado el V centenario a través de una magnífica exposición itinerante con fines didácticos a través de paneles temáticos que, lamentablemente, solo ha visitado algunas localidades valencianas, y, gracias a algunos proyectos I+D como este, la celebración de seminarios, workshops y jornadas académicas de carácter (inter)nacional, la impartición de diversas conferencias, la publicación de distintos libros y artículos científicos, así como su divulgación mediante la prensa escrita y digital. Lamentablemente, el ofrecimiento desde el proyecto para realizar nuevas exposiciones monográficas todavía no ha tenido respuesta de las instituciones locales.