Memoria, imagen y conflicto en el arte y la arquitectura del Renacimiento: la Revuelta de las Germanías de Valencia

Proyecto I+D (HAR2017-88707-P), del Subprograma de Generación de Conocimiento, Programa Estatal de Fomento de la Investigación Científica y Técnica de Excelencia, financiado por MCIN/ AEI /10.13039/501100011033/ y por FEDER “Una manera de hacer Europa”.

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Nueva sección: Memoria de Germanía

Presentación

Este proyecto se centra en el estudio de los antecedentes, desarrollo y consecuencias en el plano artístico de la revuelta de las Germanías (1519-1522), a partir de un análisis del conflicto y de la crisis que vivió la sociedad valenciana entre la segunda mitad del siglo XV y los momentos posteriores a la expulsión de los moriscos a comienzos del XVII

El proyecto intenta superar las líneas divisorias tradicionales entre la Edad Media y la Edad Moderna, entre Gótico y Renacimiento, que han concentrado la investigación en torno a ciertos problemas como la pervivencia del tardogótico a comienzos del siglo XVI o las primeras experiencias con los nuevos lenguajes figurativos renacentistas o de la arquitectura al romano, para situar las Germanías como bisagra de un cambio profundo vinculado a situaciones de crisis y conflicto que estallaron con violencia entre 1519 y 1522.

Estos conflictos resquebrajaron transversalmente la sociedad valenciana y, por tanto, a los agentes que como promotores, clientes o artífices protagonizaron las manifestaciones artísticas y la reorganización de la escena arquitectónica y urbana de la capital del reino y de otras ciudades valencianas. Por lo tanto, dejando de lado el cambio de estilo y de época como fenómenos primordiales, se adopta una perspectiva que aborda el conflicto en diversos planos y en un arco temporal amplio. Por su carácter mitificado en la historia valenciana, se trata el papel de la imagen en ese proceso de representación retrospectiva de los acontecimientos para mostrarlos como mito con acentos épicos y dramáticos en la pintura de historia, los monumentos públicos o la forja del imaginario colectivo vinculado a unas señas de identidad valenciana.

 

Las Germanías

La Germanía en el Reino de Valencia (1519-1522) fue un movimiento social y político complejo, de origen urbano, pero que se extendió por todo el territorio con tintes antiseñoriales y que desencadenó una guerra civil. Se generó en un periodo, por un lado, de crispación social por epidemias, que suscitaron carestías y vacío de poder ante el abandono de la capital de gran parte de la población que pretendía ponerse a refugio. Por otro, de desafección generalizada ante el poder, tanto por ausencia de algunas autoridades locales como por la decisión de Carlos I de aplazar la jura de los fueros en beneficio de su proclamación imperial. Y, finalmente, por la amenaza de un ataque musulmán. En este punto, y siguiendo una autorización Fernando el Católico de 1515, los gremios decidieron armarse, lo que suscitó el rechazo señorial.

El programa de los agermanados pretendía la limitación del poder de la nobleza y de las cargas señoriales, lo que supuso el apoyo en ámbitos rurales. Además, aspiraba a una mayor representación popular en los municipios, a la reforma de la administración de justicia, a una menor presión fiscal y a la protección de la manufactura autóctona. El rey aceptó buena parte de las reivindicaciones agermanadas en su vertiente diplomática, pero la oposición a las mismas por parte del sector liderado por la nobleza radicalizó las posturas y se desencadenó la guerra. Sin una división territorial ni social claramente definida, en líneas generales, gran parte de los artesanos y campesinos se enfrentaron a los señores territoriales y sus vasallos, con especial presencia de los mudéjares. En un ambiente de reivindicaciones y de cuestionamiento de la estructura tradicional, sectores cristianos desataron su ira contra los mudéjares, tanto por un problema de convivencia religiosa como por estar bajo la protección señorial. Numerosas morerías fueron asaltadas, sus moradores bautizados bajo coacción y las mezquitas derribadas o convertidas en iglesias. El emperador apoyó al bando señorial, que fue el que finalmente salió victorioso. El reino quedó maltrecho, se sucedieron epígonos de resistencia hasta 1541 en torno a figuras mesiánicas bajo el nombre del Encubierto, y en 1525 se impuso la conversión forzosa de los mudéjares, que pasaron a ser moriscos. El recelo hacia los nuevos cristianos culminó con su expulsión en 1609.